Sentimientos contaminados.

Hoy me apetece escribir sobre lo mucho que ha cambiado mi vida en un año y medio.
Os prometo que he salido de la zona de confort para hacerla más grande. He crecido y con ello mi felicidad. No sé lo que sería de mi vida si no me hubiese lanzado a presentarme como representante de la juventud en mi asociación como hice en su día. Esa decisión tanto directa como indirectamente me ha traído experiencias buenas.
La gente que he conocido desde entonces es maravillosa. Realmente maravillosa. Tienen un tacto y un aroma propio. Con ellas me siento libre y creo que es porque me ayudan a conocerme mejor a mí misma. Sus sonrisas, sus ganas de trabajar, su admiración por los demás y los valores que tienen... han hecho que redefina mi vida.
Es que, jope, es realmente genial el notar cómo has cambiado, cómo has mejorado para bien, notar que estás empezando a saber cómo que quieres ser.

Las personas son geniales.

Me he propuesto a raíz de este último fin de semana en Madrid que quiero ser una persona feliz y me he dado cuenta de que muchas de las veces la infelicidad me la trae gente que ni siquiera veo en persona, es decir, las que veo por redes sociales. Comentarios, críticas no constructivas, abusos de palabras, mal royo, etc. Quiero alejarme de eso. Quiero que la gente de mi entorno se sienta querida y quiero darles amor. Y para dar tanto amor como el que quiero dar, tengo que tener mucho amor dentro.

No sabéis (o a lo mejor sí) lo bonito que es acercarte a alguien que no conoces mucho, decirle que es una persona genial y que quieres conocerlo más y que se le ilumine la cara como a un niño con un nuevo regalo.

Mi nueva filosofía es la naturalidad. Voy a hacer lo que realmente quiera hacer y de la forma en la que me salga. No me gustan los sentimientos contaminados, manchados y machacados por la falsedad. Hablar sobre las cosas que nos ocurren interiormente y sin tapujos es de las cosas más fáciles y a la vez más difíciles pero necesarias que he aprendido durante esta bonita etapa.

No tengo por qué seguir manteniendo contacto con las personas que me hacen mal. No quiero nada malo para ellas pero tampoco lo quiero para mí. Puedo alejarme de quien quiera y cuando quiera porque así lo decido yo. Yo controlo (en parte) qué vibraciones quiero sentir en mi día a día.

Por esto mismo quiero mantener cerca a muchas de las personas que he conocido este año. Me gusta mucho la gente que piensa y más si piensan en positivo.

Jope, qué genial es mi vida.

Comentarios